martes, enero 09, 2007

Enero 8 de 2007 - "El Gobierno barrió con la coca, pero nos dejó aguantando hambre", dicen en Vista Hermosa (Meta)


Foto: Martín García / Enviado especial de EL TIEMPO
Doña Clemencia fue una de las pocas habitantes de la zona rural de Vista Hermosa que se arriesgó a quedarse en la zona luego de que los erradicadores terminaron con la coca.



El Tiempo

En esa zona, en las estribaciones de la Sierra de La Macarena, la erradicación manual de ese cultivo comenzó por orden presidencial el 19 de enero de 2006.

Un año después, el camino que marca la llegada al corregimiento de Costa Rica (Vista Hermosa) está marcado por extensas hectáreas de maleza y una que otra mata de coca.

EL TIEMPO hizo el mismo recorrido de ese entonces por más de 20 inspecciones y veredas del municipio, que fue convertido por las Farc en uno de los lugares más minados del mundo, según el Observatorio de Minas de la Vicepresidencia de la República.

Tal vez, en los últimos meses, tres cosas importantes cambiaron en esta región: la coca se esfumó o se movió hacia otros puntos; la guerrilla ya no controla las vías de acceso y hace más de 10 meses que los pobladores no la ven, y la última 'visita' de los paramilitares fue hace seis meses.

El resto sigue igual: la carretera de acceso está en pésimas condiciones, las trochas que comunican a toda la zona son intransitables, el servicio médico es precario, según los pobladores, y la viabilidad de un producto comercial diferente a la coca todavía es una ilusión para muchos.

Raspachines 'tumbados'

A esto se suma el drama de varios ex raspachines que ahora "regalan" un jornal de recogida de plátano o yuca en 12 mil pesos. El de coca les dejaba hasta 50 mil.

"Sin contar la tumbada que nos pegó la guerrilla. En enero del año pasado nos firmaron vales por los jornales que nos debían y nos dijeron que los reclamáramos en marzo. Pero el Ejército los sacó de la vereda y nadie nos pagó", dice Rafael, un campesino de Costa Rica.

La mayoría de pobladores que encontró este diario en su recorrido están subsistiendo de "lo que les da la tierra", aunque muchos abandonaron sus ranchos y se fueron a buscar futuro a otro lugar.

Otros, como doña Clemencia, le apostaron a quedarse a pesar de la "sequía" que pasan. Ella vive en Playa Rica, justo a un kilómetro de donde las Farc asesinaron a 29 militares, el 27 de diciembre de 2005, hecho que fue la antesala de la erradicación manual en la Sierra de La Macarena.

"Aquí por lo menos tenemos dónde dormir, pero el Gobierno barrió con la coca y nos dejó aguantando hambre", asegura. A su rancho no han llegado todavía los funcionarios de Acción Social a ofrecerle sustitución de cultivos.

Al respecto, el Centro de Coordinación de Acción Integral de la Presidencia de la República respondió que a la fecha 457 familias están en el programa Familias Guardabosques y desde septiembre del 2005 han realizado dos jornadas de atención médica y asistencia alimentaria.

Sin embargo, para doña Clemencia y los otros habitantes, si la acción del Gobierno no llega a la par con los operativos militares, tarde o temprano tendrán que volver a sembrar coca. 

Militares hacen corte de cuentas


El comandante de la IV División, general Guillermo Quiñónes, en diálogo con EL TIEMPO, informó que desde que se lanzó el plan de erradicación en la zona de Vista Hermosa se destruyeron 22 laboratorios para procesar droga y, en coordinación con la Presidencia de la República, se implementó el programa de Familias Guardabosques.


Así mismo, se destruyeron 15 campos minados que contenían a su vez 215 artefactos explosivos y 48 cilindrosbomba.


Según el balance del Ejército, también se disminuyeron los muertos y heridos, tanto de la población civil como de las tropas.


En el 2006 murieron en esa zona en combate 59 subversivos, 89 más fueron capturados y 18 se entregaron voluntariamente.


En estas acciones se decomisaron 44 fusiles, 34 armas cortas, 174 granadas de fragmentación y 30.926 municiones.

JINETH BEDOYA LIMA
ENVIADA ESPECIAL DE EL TIEMPO
VISTA HERMOSA (META)

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