LAS INDECISIONES DEL TLC
Este análisis nos muestra las inconveniencias del TLC para Colombia.
Tomado de la sección de NEGOCIOS de EL ESPECTADOR
Semana del 5 al 11 de Febrero de 2006
ANALISIS
LAS INDECISIONES DEL TLC
Por. Eduardo Sarmiento P.
El TLC ha adquirido síntomas de crisis psicológica. Los aspectos más importantes del tratado ya fueron acordados y el Gobierno no ahorra procedimientos para posponer su firma. En forma sorpresiva ha anunciado que los perdedores del experimento serán compensados con subvenciones nacionales.
Desde un principio señalamos que el TLC estaba fundamentado en la teoría de ventaja comparativa que no se cumple en la economía colombiana. Por definición, el acuerdo le significa al país mayores costos que beneficios. Por lo demás, los términos impuestos por los negociadores de los Estados Unidos acentúan las ventajas de ellos y reducen las de Colombia. El desmonte arancelario es asimétrico, en el sentido de que los aranceles se reducen más en el país de menor desarrollo; en un acuerdo de libre comercio, se introduce una reglamentación de la propiedad intelectual más restrictiva e intervencionista que la existente a nivel internacional; Estados Unidos mantiene los subsidios a la agricultura y el país renuncia a la franja de precios que es el mecanismo más adecuado para neutralizarlos.
El marco en conjunto es opuesto al desarrollo. En cierta forma significaría renunciar al perfil productivo de muchos países que han llegado a la cima del progreso y exhiben las mayores posibilidades de mantener altas tasas de crecimiento.
Los negociadores colombianos no han entendido que la visión mundial sobre el TLC es diferente de la que existía a la iniciación de las conversaciones. Está visto que no se trata de un juego de suma positiva en que todos ganan. Por el contrario, como lo muestra la experiencia de varios siglos y se confirma en la última década, los mayores beneficios recaen en los países que van adelante, que son los de mayor productividad absoluta. Aun en estos países la experiencia creciente revela que la repartición de los beneficios es muy desigual; los ganadores son las multinacionales y las grandes empresas y los perdedores los sectores laborales, en particular la mano de obra no calificada. Por eso, en las mayorías del Congreso existe un escepticismo creciente sobre su conveniencia.
Luego de haber brillado como la fórmula mágica, hoy en día el libre mercado aparece cuestionado como la salida de los países emergentes. Ciertamente, algunos países pueden obtener grandes beneficios, pero de ninguna manera se trata de una norma general. Como las exportaciones de unos países son las importaciones de otros, no todos puedes tener éxito en una estrategia exportadora de abaratamiento de los productos. Las economías quedan expuestas a un ancla que tiende a deprimir los salarios. En Colombia tuvo una clara responsabilidad en el monumental retroceso social de la década del 90. por lo demás, cada vez está en más conflicto con los propósitos de los nuevos gobiernos progresistas de avanzar en políticas industriales selectivas, la ampliación del mercado interno y el fortalecimiento de los sistemas solidarios para recortar las desigualdades y reducir la pobreza.
En este momento el principal obstáculo es político. En todas las encuestas de opinión se observa un claro rechazo al TLC. El gobierno sabe que la firma del tratado le significaría grandes costos electorales y refleja el tema en un total estado de indefinición. La instrucción parecería ser la de posponer con disculpas el cierre de la negociación para evitar el enjuiciamiento con base de hechos cumplidos.
La perplejidad ha llevado al gobierno a ofrecer compensaciones a los damnificados. En la práctica implica, ni más ni menos, que trasladar las pérdidas a los sectores más débiles de
En realidad , la firma del TLC es apenas nominal. Lo que se apruebe en el contexto internacional tendrá que ser refrendado por los Parlamentos de los dos países. En ese sentido, la mayor parte del debate está por realizarse, y la opinión pública debe asegurarse que los congresistas que apoya con su voto tienen los conocimientos para evaluar los acuerdos firmados y, sobre todo, el carácter para rechazarlos cuando son contrarios al interés nacional. Ojalá que el congreso se organice para la discusión del TLC, y en general el modelo de desarrollo de las próximas décadas, haga las veces de una gran asamblea nacional constituyente con capacidad de ir más allá de la expedición regular de normas.
