jueves, marzo 02, 2006

TLC de Chile: expectativas incumplidas

Colombia ya firmo el TLC con los E.U.A. , sólo queda la aprobación del próximo Congreso. El sigueinte artículo de Opinión tomado del periódico Portafolio nos comenta los resultados que ha tenido para Chile la firma de este tratado. Si Chile es el ejemplo a seguir, tal como lo afirma el Gobierno, veamos cuáles son sus ganancias hasta el momento.


TLC de Chile: expectativas incumplidas
Beethoven Herrera V. / Profesor de las U. Nacional y Externado

Cumplidos dos años de vigencia de los tratados de libre comercio firmados por Chile con Estados Unidos, Europa y Corea, los resultados no se corresponden con las expectativas que los inspiraron.

En el período enero-agosto de 2005, se produjo una fuerte expansión del comercio exterior chileno, pero si se comparan con los mismos meses del año anterior, el desempeño no es tan satisfactorio; en tanto que las importaciones se dispararon. En los meses referidos, mientras las exportaciones totales crecieron en 22,5 por ciento las ventas a los mercados con los que existe un TLC (E.U. en 15,5 por ciento, a la Unión Europea en 11,5 por ciento y a Corea del Sur en 3,6 por ciento), fueron en todos los casos inferiores al incremento general. Entre tanto, las exportaciones a China, con quien no existe tratado, se expandieron en 46,2 por ciento.

Por otra parte, las importaciones desde los países con los cuales existen tratados crecieron espectacularmente: en 54,9 por ciento desde E.U., en 44,0 por ciento desde Europa y desde Corea en 55,7 por ciento, al paso que las compras totales del exterior crecieron en 35,4 por ciento. Resulta claro entonces que Chile vende a los mercados con los que firmó TLC menos que lo que vende al resto del mundo, pero esos socios avanzaron espectacularmente en sus exportaciones hacia el país austral. El modelo de inserción de Chile en la economía mundial se orientó a la exportación de productos primarios o de bajo valor agregado, al paso que el consumo interno es cada vez más abastecido por importaciones. Ello explica que si en 1996, la industria manufacturera representaba 17,5 por ciento del producto total, en 2004, se redujo a 17,1 por ciento, y resulta evidente que la liberación comercial conduce a este resultado. Antes de entrar en vigencia el TLC con E.U., Chile tuvo en 2003 un superávit comercial bilateral de 1.181,1 millones de dólares y en 2004 creció hasta 1.654,0 millones de dólares, pero entre enero-agosto de 2005 disminuyó a sólo 600,1 millones de dólares.

Las exportaciones chilenas son prioritariamente de recursos primarios, que ya ingresaban a E.U. con bajos aranceles antes de suscribirse el tratado, y sus manufacturas estaban amparadas por el sistema general de preferencias arancelarias, en tanto que E.U. se favoreció de una mayor reducción arancelaria. Adicionalmente, E.U. mantuvo sus sistemas de protección, ayudas internas y subsidios, los mecanismos antidumping y las limitaciones a la migración de trabajadores. Como afirma Hugo Fazio, "si existía asimetría, el TLC la reforzó".

Pese a que Chile se comprometió a garantizar el respeto de los derechos laborales. "la protección a la seguridad y salud ocupacional, si bien ha mejorado, es aún deficiente" (03/10/05). Chile es un destacado vendedor de productos agrícolas, pero en el campo los derechos laborales son sistemáticamente burlados; está prohibido a los trabajadores agrícolas negociar colectivamente, un alto porcentaje de los trabajadores de temporada en faenas agrícolas no cuenta con contratos y más de la mitad de las mujeres temporeras no lo tiene, quedando como consecuencia de ello, sin mecanismos de protección legal o de salud.

En el terreno de la propiedad intelectual, Chile fue incluido en la lista de países bajo observación. Para poder acordar el TLC, Chile fue obligado a desmontar el control a los capitales especulativos de corto plazo, que operaba como un encaje y le permitió estabilidad macroeconómica, mientras sus vecinos enfrentaban severas crisis. Ahora Chile estará expuesto a la volatilidad de los capitales internacionales. Como señaló Joseph Stiglitz "es un acuerdo poco beneficioso, entre otras cosas porque no permite el control de los flujos de capital, un mecanismo del que Chile disponía en los años noventa y que contribuyó a su estabilidad".