lunes, febrero 19, 2007

Febrero 19 de 2007 - Después de nueve años, Colombia volvió a tener déficit en su comercio exterior

Tomado de El Tiempo

Fue de 143 millones de dólares. La situación (en que las importaciones superan a las exportaciones) no se presentaba desde 1998. Podría tener efectos en la estabilidad de la economía.

El déficit del comercio exterior colombiano en 2006, según el Dane, se presentó luego de haber llegado a un superávit de 1.391 millones de dólares en el año inmediatamente anterior (2005). Incluso, en el año 2000 el superávit fue de 2.160 millones de dólares.

De acuerdo con el Dane, las importaciones llegaron en 2006 a 26.162 millones de dólares, con un aumento de 23,4 por ciento, mientras que las exportaciones fueron 24.391 millones, con un aumento de 15 por ciento.


Diferentes analistas han advertido que con el déficit comercial se está incrementando de nuevo el déficit de cuenta corriente, lo que constituye un riesgo para la estabilidad de la economía colombiana.

La cuenta corriente mide la diferencia entre el dinero que sale y el que entra al país por exportaciones e importaciones de bienes (balanza comercial), exportaciones e importaciones de servicios, utilidades de empresas colombianas en el exterior y de empresas extranjeras en Colombia o giros de trabajadores a sus países de origen.

El déficit comercial viene impulsado por el fuerte aumento de las importaciones mientras las exportaciones no crecen al mismo ritmo.

Incluso, varios expertos han advertido de los riesgos de que los precios de las materias primas como las que exporta Colombia se vengan abajo luego de varios años de estar relativamente altos.

El riesgo de que aumente el déficit en cuenta corriente radica en que si por un choque externo se interrumpe el flujo de dólares que llegan del exterior.

De esta manera, no hay divisas para mantener el ritmo que traían las importaciones, lo que podría significar una caída en el consumo de las personas, "que en la mayoría de los casos es recesiva para la economía", comenta el departamento de Investigaciones Económicas y Estratégicas de Bancolombia.

Sin embargo, los analistas de Bancolombia señalan que, a diferencia de los años 90, hoy hay una situación más sana pues el déficit actual está más relacionado con la inversión y no con crecimiento de la deuda, y se financia con inversión extranjera para la producción y no en inversión especulativa.

De todas maneras, advierten que crisis en otros países podrían "presionar la salida masiva de capitales y con ello elevar la probabilidad de hallarnos en una coyuntura altamente desestabilizadora para nuestra economía".

Según el Dane, Colombia realizó exportaciones por 10.000 millones de dólares a E.U. el año pasado, frente a unos 8.500 millones en el 2005, un incremento del 17 por ciento.

Sin embargo, se ha llamado la atención sobre el hecho de que las ventas de bienes no tradicionales retrocedieron, que son precisamente los que vienen buscando abrirse espacio dentro del Tratado de Libre Comercio, TLC.

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sábado, febrero 17, 2007

Feb 17 2007 - Por TLC, fármacos subirían hasta 40%

EL País de Cali 

Colprensa y Redacción

Los más perjudicados serían los enfermos de sida, ya que sus tratamientos se encarecerán en más del 42%, denuncia Ifarma. Por su parte, Asinfar asegura que el pacto favorecerá el monopolio de las multinacionales. Gobierno insiste en que el acuerdo no generará alzas.

Nuevas críticas al Tratado de Libre Comercio, TLC, firmado con Estados Unidos, surgieron ayer desde varios sectores, los cuales afirmaron que con el acuerdo se dispararán los costos de los medicamentos, especialmente para tratar enfermedades catastróficas como el sida y el cáncer.

Según Miguel Ernesto Cortés, consultor de la Fundación Ifarma, de aprobarse como fue firmado el texto del TLC más de 12.000 enfermos de sida verían reducida su esperanza de vida entre 5,3 y 9,9 años, ya que los costos de los antirretrovirales (ARV) que deben tomar aumentarían 42%.

Cortés advirtió que lo anterior se daría como resultado del aumento en 81% del monopolio de las multinacionales en ese segmento. Además, se produciría un alza en los precios de los ARV de 42%, lo cual implicaría un gasto extra de US$13 millones.

En lo referente a los pacientes con VIH, aceptar una aprobación del texto del TLC significaría, afirma Cortés, reducir la cobertura de un 80%, que es el mínimo que se propone el Gobierno en esta materia, hasta 47%, estadísticas que están contenidas en un estudio que acaba de culminar la fundación y que fue presentado ayer durante una audiencia pública en el Congreso.

El dato clave
El capítulo de propiedad intelectual en el campo de los medicamentos fue uno de los más complejos durante la negociación del TLC con Estados Unidos, en especial por el tema de las patentes en favor de las multinacionales.


MÁS CRÍTICAS. De acuerdo con los Senadores Camilo Sánchez y Cecilia López, se trata de cifras preocupantes, y enfatizaron en que el gobierno no puede exigir que el texto del acuerdo deba ser aprobado lo antes posible.

Por su parte, Alberto Bravo, presidente de Asinfar, el gremio de los laboratorios nacionales, afirmó que con el TLC los precios de los medicamentos de alto costo se incrementarán en un 40% de aquí al 2012, reduciendo aun más las posibilidades de que estos productos puedan ser adquiridos por personas de escasos recursos.

Señaló que la situación es muy grave, ya que con los precios de hoy el sistema de salud público y privado está prácticamente quebrado.

Frente a los cuestionamientos, el ministro de Protección Social, Diego Palacio Betancourt, señaló que “no habrá alzas en los medicamentos por causa del TLC”, ni los colombianos dejarán de tener acceso a los productos básicos para la salud.

El número

5 millones de personas de menores recursos en Colombia no tendrían acceso a los medicamentos, asegura el empresario Germán Holguín.

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jueves, febrero 15, 2007

Feb 13 2007 - ¿Por qué la urgencia con el TLC? / Mauricio Cabrera Galvis - Consultor privado

Tomado de Portafolio

Suscita muchas preguntas la urgencia del gobierno de que se 'discuta' en el Congreso el TLC. En noviembre del año pasado presentó el proyecto de ley para la aprobación del texto negociado, pero no esperó a tramitarlo en las sesiones ordinarias que comienzan en marzo, sino que citó a extraordinarias y además envió mensaje de urgencia para que este proyecto tuviera prioridad absoluta sobre otros temas, incluyendo el Plan de Desarrollo. Lo que se busca es la aprobación a pupitrazo limpio, como se hizo con la última Reforma Tributaria, de un tratado cuyos costos para el país son inmediatos y evidentes, y cuyos beneficios son sólo posibilidades para el futuro que nadie sabe si se concretarán.


Contrasta esta premura con el rechazo de Uribe a la posibilidad de que el Congreso analizara en detalle el contenido del TLC y fijara pautas y directrices para su negociación. En efecto, en el 2004 parlamentarios del Partido Liberal presentaron un proyecto de ley para que el Congreso colombiano tuviera la misma participación que tiene el norteamericano en las negociaciones de los acuerdos comerciales, de manera que el Gobierno y los negociadores tuvieran que rendirle cuentas al Congreso, tal como lo tienen que hacer en los Estados Unidos. El Presidente ordenó hundir ese proyecto y las negociaciones se mantuvieron en un círculo cerrado con informaciones esporádicas y parciales a la opinión pública.


Lo que ahora se presenta al Congreso no es la posibilidad de debatir el contenido del TLC, aprobando las cláusulas que considere convenientes y rechazando las que sean perjudiciales para el país, sino la votación de tres 'articulitos' para ratificar la totalidad del texto del Acuerdo. De nuevo contrasta esta disyuntiva de todo o nada con la posición del Congreso norteamericano -en su legítimo derecho de defender los intereses de su país así no coincidan con los nuestros-, de no aprobar a ciegas la totalidad del TLC sino de exigir modificaciones en los temas laborales y ambientales que consideran desfavorables para ellos.


En este contexto, ¿por qué correr a aprobar en Colombia un texto que los Estados Unidos consideran que no es definitivo sino que requiere correcciones? ¿Después que se hagan los cambios, el TLC deberá volver al Congreso para una nueva aprobación? La respuesta ingenua del gobierno es que no va a haber cambios al texto sino sólo unos anexos o cartas adjuntas, ¡como si estas no modificaran el contenido del Acuerdo! Sería irresponsable de parte del Congreso aprobar un texto que no es definitivo.


También ha dicho el gobierno que Colombia debe aprobar rápido el TLC -así tenga cambios posteriores porque en junio vence la prórroga a las preferencias arancelarias del Atpdea para nuestras exportaciones a E.U. Pero la realidad es que el Partido Demócrata, que ahora controla el Congreso de ese país ha mostrado su rechazo a los TLC y, por el contrario, ha manifestado que está dispuesto a estudiar una nueva extensión incluso indefinida a esas preferencias. ¿Por qué el Gobierno y los gremios no dedican su cabildeo en Washington a buscar esa merecida prórroga, que facilita el acceso de nuestras exportaciones al mercado norteamericano sin ninguna contraprestación, en lugar de luchar contra la opinión de la mayoría demócrata?


En el frente interno también hay interrogantes por resolver antes de aprobar el TLC. Por ejemplo, en el campo fiscal, los estudios del DNP y el Confis reconocen que el TLC disminuirá los recaudos tributarios entre 350 y 500 millones de dólares anuales, pero la exposición de motivos del proyecto ni menciona este hecho, violando el mandato de la Ley 819/03 que establece la obligación de que todo proyecto de ley debe incluir el análisis de su costo fiscal y la fuente de ingresos adicional generada para financiarlo.


Finalmente, la articulación con el Plan de Desarrollo. ¿No es más lógico que el Congreso debata y apruebe primero el nuevo Plan de Desarrollo, que debe ser la hoja de ruta básica para todas las políticas económicas y sociales, y después estudie la forma como el TLC debe integrarse dentro de ese Plan? Decían las abuelas que de la carrera no queda sino el cansancio, y de la urgencia por aprobar el TLC no quedará sino una política económica desarticulada.

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